viernes, 15 de enero de 2010

A perro flaco todo son pulgas


Pobre Haití y pobres haitianos. No salen de una y ya tienen otra. Si no tienen suficiente con la deuda externa y creditos del FMI (tan solo en interesen deben 430 mill. y que hicieron un monto de deuda total de 1885 mill. € en 2008), sufrir una ocupación militar, tener un país esquilmado y sin capital humano, además han de sufrir las desgracias naturales.
No es ni Dios ni la providencia los responsables, sino la mera probabilidad. Un país sin infraestructuras ni previsión social en todos los aspectos lo lógico es que ocurran estas cosas (y no será la última).

Este ultimo comentario es a modo de contradecir los comentarios de Pat Robertson (dice que Haití es así porque hizo un pacto con el diablo), el flamante nuevos obispo de San Sebastian, Munilla con sus comentarios para que se hable de él y del otro lado las legiones de ateos que culpan de todo a Dios y a todo santo que se tercie.
El que más me impactó fue el del pastor evangelista Pat Robertson (un viejo conocido de las polémicas ya, véase los comentarios hacia Chávez). Me impactaron porque incluso lo mismo tiene hasta algo de sentido. Haití, para ser un país libre tuvo que pactar con el Diablo. Ese diablo somos nosotros los occidentales (aunque algunos mas responsables que otros).
Hemos o han, para gusto de todos, puesto a los dirigentes que nos/les han interesado en el momento, ocupado el país militarmente (1915-1934) o la actual ocupación revestida de mandato de la ONU por ejemplo, saqueado sus recursos hasta convertir el territorio en un lugar árido (compárese con su fronteriza y vecina Republica Dominicana), etc...

Pero de todas maneras es una moda pasajera. Irá perdiendo protagonismo en el ranking de noticias del vox populi de los medios de comunicación hasta que en un plazo de tiempo breve incluso habrá días en que ya no sea noticia y por tanto ya no exista el problema.
El problema en cuestión, es que Haití como otros muchos países en invisible como norma general y solo noticia ante hechos de corte accidental.

Y para apretar más a la bicha, el FMI le entrega una 'ayuda', que en realidad es un préstamo, de 100 millones €, para que no se les olvide a los haitianos que tienen una, mayor aún a partir de ahora, deuda con intereses que devolver.

Gracias al FMI por su generosidad, yo me cago en vuestra puta madre docentemente hablando como diria alguien que yo me se.

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